¿Acaso podré escribirte algo, cuando solo demostrarte es lo que quiero?
Una lágrima asoma por mis mejillas, al sentir el tajante frío de esta noche, en donde te pienso y suspiro, en donde te sueño y me siento vivo, en donde te quiero y realizado me siento.
Adoraría mirarte, tierna y calida mujer de tan finos movimientos, y tan románticos pensamientos, mas que nada desearía, el ser parte de un abrazo tuyo, y permanecer fusionados hasta que la noche nos envuelva en tan especial aroma que solo aflora en especiales ocasiones.
Fina tejeduría francesa, que enamoradas con simples pasos, que perplejas a quien te admira, que mudo dejas hasta a la misma naturaleza.
Hay soles que encandilan, mares que ahogan, arenas que queman, noches de invierno que hielan, pero no hay como lo hay en ti, belleza dulce que no empalaga, piel suave de terciopelo que en bebida de mi alma se ha convertido, ojos cristalinos que no dan pena ni tristeza.
Entre lagos y montañas te fusionas, ya que eres parte viviente y sobresaliente, de lo que la vida nos enseñó a admirar como maravillas y milagros.
¿Que más debo hacer o decirte, para demostrarte que uno en tí quiero formar parte?
Adorarte es lo que deseo, abrazarte es lo que necesito, mimarte es mi obsequio, quererte es mi sueño, admirarte mas no podría hacerlo, bancarte es lo que hasta sin brazos lucharía por hacerlo.
No entiendo como te extraño tanto, no entiendo como, te necesito tanto, no se porque, tu pefume y tu piel son tan necesarios para mi, me dan paz, me dan calor, me dan ternura y delicia, me dan todo...
No se porque te pienso tanto, no se porque cuando no estas, me siento mal, no quiero comer, no quiero salir, y no me interesa hablar con nadie que no sea con vos...
No me converti en alguien que depende de vos, pero me pasan tantas cosas, tengo tanta suerte de haberte conocido, tengo tanta suerte de saber que estas, en algun lugar a veces lejos de mi, pero que estas, tengo tanta suerte de amarte, de poder besarte, y tambien tuve suerte al haber derramado lagrimas, porque eso tambien me convirtio en un hombre afortunado, porque llore por vos, llore porque estaba y sigo estando ENAMORADO de alguien tan calida, dulce, apasionada, especial, mimosa, divertida y fascinante, alguien como nunca antes conoci.
Te extraño con toda mi alma, este dia fue triste y aburrido, porque me hubiera gustado compartir cosas con vos, pero estabas lejos, y te extraño muchisimo...
Morir y resurgir... lo he vivido en mi carne, caminar en la oscuridad y despues, poder ver la luz, tambien lohe presenciado; lava ardiente por mis venas senti, pero de las cenizas un nuevo hombre de mi se ha formado, y aprendi mucho sobre la vida y sus vueltas.
En infinidad de veces, crei tocar el cielo y "ver el Amor", pero esos acontecimientos que antes me hicieron feliz, con el tiempo me quisieron destruir, hasta que abir los ojos, y cuando el velo de la ilusion dejo de ser una muralla indestructible, no me costo ningun trabajo encontrarte.
Alli, en el sitio donde duermen y vuelan los angeles, tu mirada me penetro, tus caricias me cubrieron como una capa, tu perfume se convirtio en mi cielo y mis estrellas, y tu aliento fue para mi el aire que me permitia vivir.
Luego, tu fuego se licuo en el mio, quedando como resultado un verdadero y unico Amor, y de tu cuerpo salio la luz que me permitia desde caminar hasta hablar.
Cayo la noche, el cielo estaba totalmente lleno de estrellas; una estrella fugaz, una briza suave, una simple mirada, y sellamos nuestro Amor con algo mas que un beso...
Innombrables palabras.... Inmemorables recuerdos.... Imposible fue querer escribir esos momentos, porque un acto de Amor va mas alla de una definicion, y nuestra vida esta hecha de momentos como esos, que no necesitan palabras, porque son solo hechos y causas de una sola razon: asi como vuela el pajaro, asi tambien nada el pez, una sola semilla nace de igual manera que una enorme ballena, y de la misma manera en que yo naci, tu tambien naciste, porque solo somos uno.
Abrazado a mi almohada me encuentro, en esta noche que tan extraña me parece...
Te necesito tanto, tanto...
Quise ver el sonido del sol... Intente oir el aroma del agua... Traté de sostener el calor...
Y fueron cosas tan imposíbles de hacer, como lo es vivir ahora sin tu Amor...
Te amé, sudé con tus miradas, exalé ese aroma a pasión mientras te mirada a los ojos diciendote cuanto te amaba, y ahora no estas, y nada es igual, y no puedo cambiarte.
Amarte se convierte no en una obseción, no en un relación barata, y no en puro placer, amarte se convierte para mi, en mi máximo placer, en mi realización, amarte es poder hacerte feliz y hacerte sentir amada y realizada.
Pero que importa ahora, ya no estas, y mientras mas veo mi cama, mas me doy cuenta que voy a verla vacia, vacia de algo real y especial, y creo que va a ser asi por mucho tiempo, porque demasiado es el tiempo en que me dejaste, y sigue siendo demasiado el tiempo que paso y te sigo amando...
El primer día de clase, la señorita Ángela, maestra del último curso de
Infantil, les dijo a todos sus alumnos que a todos quería por igual.
Pero eso no era del todo cierto, ya que en la primera fila se
encontraba, hundido en su pupitre, Juan García, a quien la profesora
Ángela conocía desde
el año anterior y había observado que era un niño que no jugaba bien
con los otros niños, que sus ropas estaban desaliñadas y que necesitaba
constantemente de un buen aseado.
Con el paso del
tiempo, la relación entre la profesora y Juan se volvió desagradable,
hasta el punto que ésta comenzó a sentir una preocupante antipatía por
este alumno.
Un día, la dirección de la escuela le
pidió a la señorita Ángela revisar los expedientes anteriores de cada
niño de su clase para
así comprobar su evolución. Ella puso el expediente de Juan el último,
dudando incluso de leerlo. Sin embargo, cuando llegó a su archivo se
llevó una gran sorpresa.
La maestra de segundo año
escribía: Juan es un niño brillante con una sonrisa espontánea y
sincera. Realiza sus desempeños con esmero y tiene buenos modales; es un
deleite tenerlo cerca.
Su maestra de tercer año
escribió: Juan es un excelente alumno, apreciado y querido por sus
compañeros, pero tiene problemas en casa debido a la tensa relación de
pareja que mantienen sus padres.
La maestra de cuarto
año escribió: los constantes problemas en casa de Juan han provocado la
separación de sus padres; su madre se ha refugiado en la bebida, y su
padre apenas va a visitarle. Estas circunstancias están provocando un
serio deterioro en su desempeño escolar, ya que no asiste a clase con la
asiduidad y puntualidad característica, y cuando lo hace, provoca
altercados con sus compañeros o se duerme.
En ese momento, la señorita Ángela se dio cuenta
del problema, y se sintió culpable y apenada, sentimiento que creció
cuando al llegar las fechas navideñas, todos los alumnos le llevaron los
regalos envueltos en papeles brillantes y preciosos lazos, menos Juan,
quién envolvió torpemente el suyo en papel de periódico. Algunos niños
comenzaron a reír cuando ella encontró dentro de esos papeles arrugados,
un brazalete de piedras al que le faltaban algunas cuentas, y un frasco
de perfume a medio terminar. La señorita intentó minimizar las burlas
que estaba sufriendo Juan, alabando la belleza del brazalete, y
echándose un poco de perfume en el cuello y las muñecas.
Juan García se quedó ese día después de clase solo para decir: señorita Ángela, hoy oliste como cuando yo era feliz.
Después de que todos los niños se fueran, Ángela estuvo llorando durante una larga hora. Desde
ese mismo día, renunció a enseñar solo lectura, escritura y aritmética,
y comenzó a introducir la enseñanza de valores, sentimientos y
principios a los niños. A medida que pasaba el tiempo, Ángela empezó a
tomar un especial cariño a Juan, y cuanto más trabajaba con él desde el
afecto y la comprensión, más despertaba a la vida la mente de aquél
chavalín desaliñado. Cuanto más lo motivaba, más rápido aprendía, cuanto
más lo quería, más comprendía. Y así, de este modo, al final del año,
Juan se había convertido en uno de los niños más espabilados de la
clase.
Un año después, la señorita Ángela encontró
una nota de Juan debajo de la puerta de su clase contándole, que ella
era la mejor maestra que había tenido en su vida.
Pasaron 7 años antes de que recibiera otra nota de Juan. Esta vez le
contaba que había terminado primaria y que había obtenido una de las
calificaciones más altas de su clase, y que todavía ella era la mejor
maestra que había tenido.
Pasaron 7 años, y recibió
otra carta. Esta vez explicándole que no importando lo difícil que se
habían puesto las cosas en ocasiones, y los esfuerzos que habían tenido
que realizar para
sacar adelante los estudios, había permanecido en la escuela y pronto
se matricularía en la Universidad, asegurándole a la señorita Ángela,
que ella seguía siendo la mejor maestra que había tenido en su vida.
7 años más tarde recibió una carta más. En esta ocasión le
explicaba que después de haber recibido su título universitario, decidió
ir un poco más lejos, seguir estudiando y aprendiendo cosas nuevas. En
la firma de su carta, llamaba la atención la longitud de su nombre:
Dr. Juan García Corrales. En la posdata, aparecían las siguientes
palabras: sigues siendo la mejor maestra que he tenido en mi vida.
Al poco tiempo, y sin Ángela esperárselo, le llegó otra
carta en la que Juan le contaba que había conocido a una chica y que se
iba a casar. Le explicó que su madre había muerto hacía poco tiempo, y
le preguntó si accedería a sentarse en el lugar reservado para la madre del novio. Por supuesto, ella aceptó.
Para el día de la boda, Ángela se vistió con sus mejores
galas, se puso aquél brazalete de piedras faltantes que un día Juan le
regalara, y se aseguró de usar el mismo perfume que le recordaba a Juan los tiempos de la felicidad.
Cuando llegó el día señalado, y se vieron las escalinatas
de la iglesia, el Doctor Juan García, apenas reconocerla, se disculpó de
sus acompañantes y se dirigió diligentemente hacia donde ella le miraba
con emocionada admiración. Con una sonrisa cómplice se fundieron en un
amoroso abrazo, mientras el Doctor le susurraba al oído: Gracias
señorita Ángela por creer en mí. Muchas gracias por hacerme sentir
importante y por enseñarme que yo podía marcar la diferencia. La
señorita Ángela con lágrimas en los ojos, le contestó: Juan, estás
equivocado. Tú fuiste quien me enseñó que yo podría marcar esa
diferencia. No sabía como enseñar hasta que te conocí.
FIN
Ojalá cada
niño que tengáis en vuestras manos, no solo maestras, sino también padres y familiares, se convierta en Juan García. Juan
García médico, Juan García arquitecto, Juan García albañil, camionero,
pintor… pero sobre todas las cosas Juan García Féliz.
“Una vez el pequeño niño fue a la escuela. Era muy pequeñito y la
escuela muy grande. Pero cuando el pequeño niño descubrió que podía ir a
su clase con sólo entrar por la puerta del frente, se sintió feliz.
Una mañana, estando el pequeño niño en la escuela, su maestra dijo: Hoy vamos a hacer
un dibujo. Qué bueno- pensó el niño, a él le gustaba mucho dibujar, él
podía hacer muchas cosas: leones y tigres, gallinas y vacas, trenes y
botes. Sacó su caja de colores y comenzó a dibujar. Pero la maestra dijo: - Esperen, no es hora de empezar, y ella esperó a que todos estuvieran preparados. Ahora,
dijo la maestra, vamos a dibujar flores. ¡Qué bueno! - pensó el niño, -
me gusta mucho dibujar flores, y empezó a dibujar preciosas flores con
sus colores.
Pero la maestra dijo: - Esperen, yo les enseñaré cómo, y
dibujó una flor roja con un tallo verde. El pequeño miró la flor de la
maestra y después miró la suya, a él le gustaba más su flor que la de la
maestra, pero no dijo nada y comenzó a dibujar una flor roja con un
tallo verde igual a la de su maestra.
Otro día cuando el pequeño niño entraba a su clase, la maestra dijo: Hoy vamos a hacer
algo con barro. ¡Qué bueno! pensó el niño, me gusta mucho el barro. Él
podía hacer muchas cosas con el barro: serpientes y elefantes, ratones y
muñecos, camiones y carros y comenzó a estirar su bola de barro.
Pero la maestra dijo: - Esperen, no es hora de comenzar y luego esperó a que todos estuvieran preparados. Ahora,
dijo la maestra, vamos a moldear un plato. ¡Qué bueno! pensó el niño. A
mí me gusta mucho hacer platos y comenzó a construir platos de
distintas formas y tamaños. Pero la maestra dijo: -Esperen, yo les
enseñaré cómo y ella les enseñó a todos cómo hacer un profundo plato.
-Aquí tienen, dijo la maestra, ahora
pueden comenzar. El pequeño niño miró el plato de la maestra y después
miró el suyo. A él le gustaba más su plato, pero no dijo nada y comenzó a
hacer uno igual al de su maestra.
Y muy pronto el pequeño niño
aprendió a esperar y mirar, a hacer cosas iguales a las de su maestra y
dejó de hacer cosas que surgían de sus propias ideas.
Ocurrió que un
día, su familia, se mudó a otra casa y el pequeño comenzó a ir a otra
escuela. En su primer día de clase, la maestra dijo: Hoy vamos a hacer
un dibujo. Qué bueno pensó el pequeño niño y esperó que la maestra le
dijera qué hacer.
Pero la maestra no dijo nada, sólo caminaba dentro
del salón. Cuando llegó hasta el pequeño niño ella dijo: ¿No quieres
empezar tu dibujo? Sí, dijo el pequeño ¿qué vamos a hacer? No sé hasta
que tú no lo hagas, dijo la maestra. ¿Y cómo lo hago? - preguntó. Como
tú quieras contestó. ¿Y de cualquier color? De cualquier color dijo la
maestra. Si todos hacemos el mismo dibujo y usamos los mismos colores,
¿cómo voy a saber cuál es cuál y quién lo hizo? Yo no sé, dijo el
pequeño niño, y comenzó a dibujar una flor roja con el tallo verde.”
Hoy la reflexión os la dejo a vosotros xD.
Si alguien quiere opinar su propia reflexión que comente.
Un maestro del Oriente vio a un escorpión cuando se
estaba ahogando y decidió sacarlo del agua, pero cuando lo hizo, el
alacrán lo picó. De la reacción de dolor, el maestro lo soltó y el
animal cayó al agua y se estaba ahogando de nuevo. El maestro intentó
sacarlo otra vez y otra vez el animal lo pico. Alguien que estaba viendo
al maestro se le acercó y le dijo:
- Disculpe, pero usted es terco! ¿Cada vez que intente sacarlo del agua le va a picar?
El maestro respondió:
- La naturaleza del escorpión es picar, y eso no va a cambiar la mía, que es ayudar.
Así que con la ayuda de unas hojas, el maestro sacó al escorpión y le salvó la vida.
“No cambie su naturaleza, si alguien hace algo malo, sólo tome
precauciones. Algunos persiguen la felicidad, otros la crean. Preocúpate
más por tu conciencia que por tu reputación. Debido a que tú conciencia
es lo que eres y tu reputación es lo que otros piensan de ti.
Y lo que los otros piensen, no es nuestro problema… es problema de ellos…!!!
que has escuchado en muchas ocasiones hablar sobre el famoso juego de la Ouija, el cual consiste en poner las manos sobre una pequeña
plataforma que se desplaza misteriosa y lentamente sobre un tablero, el
cual tiene letras y números, aparentemente movido por una fuerza
misteriosa, con la única intensión de "conectar" con seres del más allá.
Según los expertos, este "juego" surgió cientos de años atrás antes de Cristo y desde siempre ha sido satanizado, pues se cree que al tener conexión con seres que se encuentran del "otro lado", podría tratarse de alguna
entidad maligna que sería capaz de producirle un daño a quien se haya
atrevido a perturbarlo.
Más de uno te habrá contado alguna historia maléfica relacionada con
este juego, la cual puede causarte asombro o bien, sólo generarán en ti
cierta incredulidad. Sea cual sea tu postura respecto a este tema, en
De10.mx nos dimos a la tarea de buscar 10 hechos reales, con tintes
tétricos, ocurridos por culpa de la Ouija que a continuación te
presentamos.
1. El 25 de noviembre de 2007, cinco jóvenes se reunieron en una casa abandonada para jugar a la Ouija. La primera pregunta que lanzó el guía fue que diera el nombre de quien le molestaran para que se fueran; la tabla indicó tres de los chicos, quienes de inmediato se marcharon del lugar.
Tras haber caminado no más de 100 metros, los tres jóvenes escucharon
un fuerte ruido a sus espaldas. Cuando voltearon a ver para saber qué
ocurría, se percataron que la casa vieja se derrumbó, estando sus dos
amigos dentro de ella, quienes perdieron la vida.
2. Jennifer
Lynn Sprigman, una chica de 14 años y quien vivía en Illinois, se
caracterizaba por ser una joven muy nerviosa y muy fácil de impresionar
con cualquier historia. En diciembre de 1972, una compañera de la
escuela le propuso jugar a este juego, cosa a la que Jennifer accedió y
sin dudarlo, la primera pregunta que lanzó fue a qué edad iba a morir.
La aguja dio como resultado el número
18 y posteriormente, apuntó las palabras "asesinada" y "estrangulada".
En efecto, el 3 de octubre de 1976, justo cuando faltaban dos semanas
para que Lynn cumpliera 18 años, la chica falleció a manos de un
estrangulador, cuya identidad aún sigue siendo un misterio.
3. Uno de los casos que impactaron a toda Venezuela
en el 2006 fue el de Andrea, una joven quien vivió la terrible
experiencia de perder a su madre a los 15 años de edad. Tres años
después de su pérdida, la adolescente y varias de sus amigas decidieron
emprender una sesión macabra de Ouija.
La primera pregunta que hicieron fue si se trataba de un espíritu
bueno o malo, y posteriormente, a todas las interrogantes el juego les
respondía con el nombre de Andrea y con fechas que eran significativas para la muchacha.
Las amigas de ésta notaron que la joven estaba experimentando algo
así como una posesión demoniaca. Varios días después, Andrea dijo creer
que se trató del espíritu de su madre, ya que era una mujer muy posesiva
y a la que no le gustaba que su hija se juntara con otras personas.
4. Un hombre que se identifica como Myles W. indica
que él y sus amigos jugaron Ouija cuando tenían 19 años. Ellos crearon
su propia tabla con una hoja de papel y al poco tiempo, lograron
contactar a un espíritu al que no pudieron identificar nunca.
De broma, preguntaron al tablero el próximo número
ganador de la lotería, el cual el juego les indicó, acompañado de la
frase "la suerte tiene dos caras". Horas más tarde y ya todos repuestos
de la impresión, fueron a comprar un boleto con los dígitos dados por la
Ouija, el cual días después resultó ser el ganador.
La vida de Myles y de sus amigos transcurrió con normalidad durante un par de años, hasta que de un día para
otro la vida les cambió. Uno de los chicos sufrió un terrible
accidente, los negocios de otro quebraron y él se convirtió en
alcohólico y vagabundo.
Tiempo después otro amigo ingresó a un centro de desintoxicación y
Myles sufrió un percance automovilístico que casi le cuesta la vida.
5. La sociedad de Arkansas se estremeció con el caso
de Dennis y David, dos chicos de 20 años de edad que profesaban el
satanismo y que utilizaban la Ouija para comunicarse con un ser del más
allá, a quien ellos nombraban como "amo".
El 22 de diciembre de aquel año, ambos jóvenes invitaron a otros dos
amigos a probar el juego. Minutos después de ver en lo que consistía,
los invitados buscaron la forma de salir e ir a casa; sin embargo, Dennis y David reaccionaron de mala manera y terminaron por apuñalarlos.
Uno de los heridos logró escapar del lugar y dio aviso a la policía,
quienes al día siguiente encontraron a los agresores durmiendo encima de
un gran charco de sangre proveniente de una persona a la que había
descuartizado.
Ambos fueron condenados a cadena perpetua y enviados a un hospital
psiquiátrico a pugnar su castigo, pues aseguraban que "una voz" les
ordenaba actuar de esa manera.
6. Julio César Miranda, un adolescente a quien le gustaba
mucho jugar futbol y quien era muy bueno para las matemáticas. Un día,
Julio y una amiga de la escuela decidieron probar jugar la Ouija, lo
cual provocó en ellos una posesión demoniaca.
La madre del chico cuenta
que Miranda pronunciaba en varias ocasiones el nombre de Belcebú, quien
decía era su padre y a quien le debía obediencia. Hacía muchas cosas
extrañas, entre ellas, salir desnudo a la calle y hacer sus necesidades
frente a todos.
Un día, Julio le dijo a su madre que Satanás le había ordenado acabar
con la vida de ella y de su hermana; minutos después, realizó
movimientos y giros bruscos, tomó un cuchillo con el que terminó
hiriéndose en el estómago. Pese a que fue atendido en el hospital,
cuando regresó a su casa, el adolescente falleció. Su amiga tuvo que ser
sometida a tratamiento psicológico.
7. En Madrid, España, ocurrió en 1990 el caso de una
niña llamada Estefanía Gutiérrez, quien por curiosidad, jugó a la Ouija
con sus amigas un par de veces en la escuela. Un día, la maestra del
colegio las sorprendió y como pudo, rompió el tablero.
El vaso que se encontraba en el centro se rompió y las chicas vieron
salir un humo negro que se metió por la nariz de Estefanía, quien de
inmediato, comenzó a convulsionar y a decir que sentía en ella la
presencia de muchas personas.
La madre de la niña asegura que su hija estaba poseída, lo cual hacía
que tuviera un comportamiento muy extraño en casa. Después de varios
meses con esta situación, Estefanía murió, al parecer, sin ninguna razón aparente.
8. Esta es la historia de Carlos, quien gracias a
una amiga, conoció el juego de la Ouija. Ambos jugaban de cinco a ocho
horas diarias, lo cual hizo que vivieran muchos contactos paranormales y así perder el miedo a los seres que viven en el más allá.
Un día, los amigos invitaron a otros a una sesión espiritista y un
chico llamado Jorge aceptó ser poseído. Todos los ahí presentes, se
tomaron de las manos e imaginaron a un molino dando vueltas, cuyas aspas
tocaban un río de sangre. El puntero comenzó a moverse rápidamente y el
espíritu se adentró en el cuerpo de Jorge.
Carlos y sus amigos salieron corriendo del lugar. Minutos más tarde,
se encontraron con Jorge, quien decía no recordar nada de lo sucedido.
Esa noche, todos los participantes experimentaron cosas paranormales y
macabras. Años más tarde, Jorge perdió la razón y deambuló por las
calles, mientras que otro de sus amigos falleció un mes después de haber
jugado, en un presunto incendio en su casa.
9. Dos mujeres de mediana edad decidieron jugar a este
juego por curiosidad. En principio se lo tomaron a broma, pero cuando
descubrieron que finalmente habían conseguido contactar a Satanás las
cosas cambiaron y más cuando la tabla les reveló el siguiente mensaje:
"Lo que no crees es real".
En la madrugada, una de las participantes se levantó y bajó a la
cocina a beber agua y ahí escuchó la voz de una niña que lloraba y
gritaba a lo lejos. No le dio mucha importancia, hasta que tomó un vaso y
debajo de éste encontró un papel que decía: "Te lo he dicho".
Segundos después sonó el teléfono. Era su amiga Carla, quien estaba
muy preocupada porque su hija de 16 años no había regresado a su casa.
La otra mujer notó que debajo de sus pies había mucha sangre; siguió el
rastro y encontró en la cocina el cadáver de la niña. La mujer salió
despavorida a casa de Carla, a quien también encontró muerta. Se desmayó
y cuando despertó, apareció en un hospital, sin saber qué había pasado
en realidad.
10. En el año 2000, un grupo de siete alumnos se
reunieron en un salón de su universidad, en el cual se juntaban por lo
general a estudiar, para
jugar por primera vez a la Ouija. Una de las chicas preguntó a la tabla
a qué edad moriría y de qué; la respuesta que obtuvo fue que de
anorexia a los 31.
La joven rompió en llanto por tal impacto y confesó a sus amigos que desde
hace años sufría de bulimia y anorexia. Pasaron los años y los ex
compañeros se enteraron que la chica, efectivamente, falleció a los 31
años de edad por un ataque cardio respiratorio, como consecuencia de
constantes vómitos, falta de potasio y anemia aguda.
Un psicólogo en una sesión grupal levantó un vaso de agua, todo el
mundo esperaba la típica pregunta: ¿Está medio lleno o medio vacío? Sin
embargo, preguntó:
- ¿Cuánto pesa este vaso?
Las respuestas variaron entre 200 y 250 gramos.
El psicólogo respondió: “El peso absoluto no es importante, depende de cuánto tiempo lo sostengo.
Si lo sostengo 1 minuto, no es problema, si lo sostengo una hora, me
dolerá el brazo, si lo sostengo 1 día, mi brazo se entumecerá y
paralizará.
El peso del vaso no cambia, pero cuanto más tiempo lo sujeto, más pesado, más difícil de soportar se vuelve.”
Y continuó: “Las preocupaciones son como el vaso de agua.
Si piensas en ellas un rato, no pasa nada.
Si piensas un poco más empiezan a doler y si piensas en ellas todo el día, acabas sintiéndote paralizado, incapaz de hacer nada.”
Era miércoles, 8:00 a.m., llegué puntual a la escuela de mi hijo -“No
olviden venir a la reunión de mañana, es obligatoria – fue lo que la
maestra me había dicho un día antes.
-“¡Pues qué piensa esta
maestra! ¿Cree que podemos disponer fácilmente del tiempo a la hora que
ella diga? Si supiera lo importante que era la reunión que tenía a las
8:30.
De ella dependía un buen negocio y… ¡tuve que cancelarla!
Ahí estábamos todos, papás y mamás, la maestra empezó puntual,
agradeció nuestra presencia y empezó a hablar. No recuerdo qué dijo, mi
mente divagaba pensando cómo resolver ese negocio tan importante, ya me
imaginaba comprando esa nueva televisión con el dinero que recibiría.
Juan Rodríguez!” -escuché a lo lejos -“¿No está el papá de Juan Rodríguez?”-Dijo la maestra.
“Sí aquí estoy”- contesté pasando al frente a recibir la boleta de mi hijo.
Regresé a mi lugar y me dispuse a verla. -“¿Para
esto vine? ¿Qué es esto?” La boleta estaba llena de seises y sietes.
Guardé las calificaciones inmediatamente, escondiéndola para que ninguna
persona viera las porquerías de calificaciones que había obtenido mi
hijo.
De regreso a casa aumentó más mi coraje a la vez que pensaba:
“Pero ¡si le doy todo! ¡Nada le falta! ¡Ahora
sí le va a ir muy mal!” Llegue, entré a la casa, azoté la puerta y
grité: -“¡Ven acá Juan!” Juan estaba en el patio y corrió a abrazarme.
-“¡Papá!” -“¡Qué papá ni que nada!” Lo retiré de mí, me quité el
cinturón y no sé cuantos azotes le di al mismo tiempo que decía lo que
pensaba de él. “¡¡¡¡ Y te me vas a tu cuarto!!!”-Terminé.
Juan se fue llorando, su cara estaba roja y su boca temblaba.
Mi esposa no dijo nada, sólo movió la cabeza negativamente y se metió a la cocina.
Cuando me fui a acostar, ya más tranquilo, mi esposa se acercó y
entregándome la boleta de calificaciones de Juan, que estaba dentro de
mi saco, me dijo:
-“Léele despacio y después toma una decisión…”. Al leerla, vi que decía: BOLETA DE CALIFICACIONES Calificando a papá:
Por el tiempo que tu papá te dedica a conversar contigo antes de dormir: 6
Por el tiempo que tu papá te dedica para jugar contigo: 6
Por el tiempo que tu papá te dedica para ayudarte en tus tareas: 6
Por el tiempo que tu papá te dedica saliendo de paseo con la familia 7
Por el tiempo que tu papá te dedica en contarte un cuento antes de dormir 6
Por el tiempo que tu papá te dedica en abrazarte y besarte 6
Por el tiempo que tu papá te dedica para ver la televisión contigo: 7
Por el tiempo que tu papá te dedica para escuchar tus dudas o problemas 6
Por el tiempo que tu papá te dedica para enseñarte cosas 7
Calificación promedio: 6.22
Los hijos habían calificado a sus papás. El mío me había puesto seis y
sietes (sinceramente creo que me merecía cincos o menos) Me levanté y
corrí a la recamará de mi hijo, lo abracé y lloré. Me hubiera gustado
poder regresar el tiempo… pero eso era imposible. Juanito abrió sus
ojos, aún estaban hinchados por las lágrimas, me sonrió, me abrazó y me
dijo: -“¡Te quiero papito” Cerró sus ojos y se durmió.
¡Despertemos papas! Aprendamos a darle el valor adecuado aquello que
es importante en la relación con nuestros hijos, ya que en gran parte,
de ella depende el triunfo o fracaso en sus vidas.
¿Te has puesto a pensar que calificaciones te darían hoy tus hijos? Esmérate por sacar buenas calificaciones…