Me encuentro caminando por un campo lleno de flores. Hay millares de flores, y cada una de ellas es diferente a las demás, aunque tengan algunas el mismo color no son idénticas las unas con las otras.
Estoy aquí, solo, contemplando este gran paisaje lleno de belleza, ante miles de flores de diferentes colores y olores. Hay tantas de ellas que se hace complicado poder decidir cual de entre todas quiero tener.
Me dejo llevar por la brisa perfumada por estos miles de olores. Hay algo que acaba de llamar mi atención. Escondida bajo un gran montón de bellas flores, de múltiples colores, consigo poder ver un pétalo. Me acerco, aparto las demás flores y me pongo a contemplar esta fabulosa y hermosa flor.
Cualquier otra persona me diría que no es nada especial, que es igual a todas las demás. ¿Porque escojo esta, cuando puedo elegir otra y incluso más de una? Una flor tan simple, tan normal. ¿Que es lo que tiene de especial?
La miro, la huelo, la acarició y sonrió. Yo la he escogido, de entre todas, he elegido esta. No necesito ninguna más, ni necesito escoger de nuevo. Me deje llevar, y el destino eligió por mi. Para mi la más hermosa sin comparación, con sus características únicas. Con sus defectos y sus virtudes, esta es la que yo quiero. Dulce, delicada, suave y hermosa. Para mi la mejor, la elegí y la que no abandonaré por nada en el mundo.
Esta flor es mi flor, y sin ninguna duda, la MEJOR.
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